Se trata de uno perro con un comportamiento obediente y tranquilo, muy cariñoso y participativo con toda la familia.
Aunque sean unos perros muy veloces, muchas veces dedicados a la competición, no es una raza que necesite mucho ejercicio. Con dos o tres paseos al día, pueden vivir perfectamente felices en nuestra casa. De hecho, el Galgo es muy tranquilo y más bien vago. Si de él dependiera, se pasaría el día tirado en algún rincón de la casa.
No obstante, es importante llevar siempre nuestro Galgo con correa cuando salgamos de paseo. Son tremendamente rápidos y tienen muy buena vista, por lo que se distraen rápidamente y pueden salir corriendo detrás de cualquier cosa que despierte su instinto cazador. Por ese mismo motivo, debe estar siempre en el interior, atados o en una zona vallada.
El Galgo es un perro al que, por su carácter, no le gusta estar solo y puede mostrar fácilmente síntomas de ansiedad por separación. Si tenemos que dejarlo solo, hay que adiestrar progresivamente en este sentido, empezando por periodos cortos de tiempo. Es muy útil usar una jaula grande en la que se sienta cómodo y seguro.
Es un perro muy inteligente de adiestrar y responde muy bien a la obediencia básica. Un “no” contundente es suficiente para que entiendan que han actuado mal. Con suficiente paciencia y siempre con refuerzo positivo y mucho cariño, se puede adiestrar sin demasiados problemas.
Conserva un fuerte instinto cazador y si no lo socializamos adecuadamente puede perseguir y cazar a animales más pequeños, como gatos o conejos.
También es necesaria una buena socialización con la gente, ya que tiende a mostrar un carácter tímido. No obstante, el Galgo tiene un buen comportamiento con las demás razas de perro.
