Aunque es un perro con una esperanza de vida de hasta 15 años, esta característica de su físico es determinante para que sufra algunos problemas de salud.
Uno de los problemas habituales a los que se enfrentan los Yorkshire es que su pequeño tamaño convierte cualquier golpe o pequeño traumatismo en algo con consecuencias graves. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con su manejo, de cara a evitar luxaciones de rótula y dislocaciones de la tibia, principalmente. Además, es un perro que puede padecer disfunciones de la columna vertebral, como la hernia de disco, también debidos a las reducidas dimensiones de su cuerpo.
Aunque hay que decir que el Yorkshire no es especialmente conocido por tener enfermedades hereditarias, sí que es verdad que su genética favorece que pueda padecer importantes trastornos en su dentadura. Su mandíbula pequeña hace que la comida y la placa se acumulen fácilmente en sus encías, provocando enfermedades periodontales y pérdidas prematuras de dientes, sino se le hace una limpieza bucal adecuada.
Otro de los problemas importantes de los perros Yorkshire es que el pequeño tamaño de su cuerpo hace que administrarles anestesia para una operación pueda resultar mucho más peligroso que en el caso de otras razas más grandes. Por eso, es necesario acudir a un veterinario que nos de todas las garantías de poder actuar ante una posible sobredosis.
Finalmente, hay que resaltar que el sistema digestivo de los Yorkshire es especialmente sensible. Por lo tanto, si convives con un perro de esta raza, debes tener especial cuidado de no proporcionarle alimentos que se salgan de la dieta establecida por el veterinario. Es la mejor manera de evitar diarreas y vómitos que resultan muy comunes en esta raza.
Ten siempre presente que los problemas de salud que puede sufrir tu Yorkshire son tratables a nivel médico. Lleva tu perro a un veterinario para que le proporcione el tratamiento y medicación necesarios para que pueda tener una vida en condiciones normales.