Si el humo del tabaco es nocivo para las personas que conviven con gente fumadora, también lo es para las mascotas. En especial para los perros, los gatos y los pájaros, los animales que sufren más en un ambiente con humo.
Pero, ¿cómo les afecta? En el caso de los perros, el tabaco está relacionado con el cáncer nasal y de pulmón. Es necesario remarcar que tiene más incidencia en los perros con el hocico largo, ya que las sustancias de los cigarrillos penetran con más facilidad. También es posible que el perro padezca irritación en los ojos, bronquitis asma, alteraciones cardiovasculares o pérdida de apetito.
En el caso de los gatos, está demostrado que el riesgo de padecer tumores se multiplica por cinco, sobretodo en el cáncer de boca. Las sustancias cancerígenas del tabaco que flotan en el ambiente se adhieren en el pelo de los felinos. Al lamerse, acción en la que invierten el 80% de su tiempo, se contaminan la mucosa oral. Igual que en los perros, también pueden padecer problemas en los ojos y en las vías respiratorias.
Por último, en el caso de los pájaros, son especialmente sensibles por los sacos aéreos que tienen por todo su cuerpo. Ante la exposición al humo, pueden desarrollar cáncer de pulmón e incluso morir.
¿En qué más es necesario prestar atención?
A parte de la intoxicación por inhalación de humo, las mascotas pueden enfermar por culpa de la nicotina en caso que por accidente se coman un cigarro (o una porción), beban agua contaminada por las colillas o ingieran algún producto especial para dejar de fumar.
Los signos de intoxicación por nicotina son babeo, contracción de las pupilas, vómitos, diarreas, convulsiones y anomalías cardíacas.
Por todos estos motivos, es importante plantearse cambiar de hábitos si hay la costumbre de fumar dentro de casa con nuestras mascotas. Si este vicio afecta a los humanos, a los animales también.