Cuando pensamos en amenazas para nuestros perros, solemos imaginar garrapatas o pulgas, pero hay un pequeño enemigo alado que puede causar problemas aún mayores: el mosquito flebótomo. Este diminuto insecto es el responsable de transmitir la leishmaniosis, una enfermedad grave que puede afectar la salud de tu peludo. ¿Cómo reconocerlo? ¿Dónde habita? ¿Cómo proteger a tu perro de sus picaduras? En este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber sobre el flebótomo y cómo mantener a tu compañero seguro. ¡Sigue leyendo y protégele!
¿Qué es el mosquito flebótomo y por qué es peligroso?
El mosquito flebótomo, también conocido como «mosca de la arena», es un diminuto insecto hematófago responsable de transmitir la leishmaniosis en perros y humanos. Su peligrosidad radica en su capacidad para actuar como vector del parásito Leishmania, causante de esta grave enfermedad.
Características del flebótomo
Los flebótomos miden entre 2 y 3 milímetros, poseen un cuerpo cubierto de vellosidades y alas en posición vertical cuando están en reposo. Su actividad es mayor durante el crepúsculo y prefieren climas mediterráneos semiáridos. Las larvas se desarrollan en grietas de muros, alcantarillas y vertederos, necesitando temperaturas moderadas, no inferiores a 17-18 °C.
Diferencias con otros mosquitos
A diferencia de los mosquitos comunes, los flebótomos son más pequeños y silenciosos. Mientras que los mosquitos típicos suelen habitar cerca de acumulaciones de agua estancada, los flebótomos prefieren áreas secas y oscuras para su reproducción. Además, su vuelo es más torpe y a baja altura, lo que facilita el contacto con animales domésticos como los perros.

Picadura de flebótomo: Síntomas y consecuencias en los perros
La picadura del flebótomo es la principal vía de transmisión de la leishmaniosis en perros. Aunque la picadura en sí puede pasar desapercibida, las consecuencias de la infección por Leishmania pueden ser severas.
Tras la picadura, el parásito se introduce en el organismo del perro, pudiendo permanecer en estado latente durante meses o incluso años antes de manifestar síntomas. Es crucial estar atentos a cualquier signo clínico y acudir al veterinario ante la mínima sospecha.
Leishmaniosis en perros
La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria grave que afecta a múltiples órganos y sistemas en los perros. Sin un diagnóstico y tratamiento adecuados, puede ser mortal.
¿Cómo se transmite la leishmaniosis?
La transmisión ocurre cuando un flebótomo hembra infectado pica a un perro, inoculando el parásito Leishmania en su torrente sanguíneo. Es importante destacar que un perro infectado, si no es tratado y controlado, puede ser picado nuevamente por un flebótomo, que a su vez puede transmitir la infección a otros perros o incluso a humanos, especialmente a personas inmunodeprimidas.
Síntomas de la leishmaniosis en perros
Los síntomas varían según la respuesta inmunitaria del perro y pueden incluir:
- Lesiones cutáneas: áreas sin pelo, descamación, úlceras que no cicatrizan en orejas, espacios interdigitales y almohadillas plantares.
- Síntomas generales: pérdida de peso, apatía, crecimiento excesivo de las uñas, inflamación de ganglios linfáticos y problemas renales.
Dado que el periodo de incubación puede ser largo, es fundamental realizar chequeos veterinarios periódicos, especialmente en zonas endémicas.
Tratamientos disponibles para la leishmaniosis canina
Aunque la leishmaniosis no tiene una cura definitiva, existen tratamientos que ayudan a controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del perro. Estos incluyen medicamentos antiparasitarios específicos y terapias de apoyo para los órganos afectados. La detección temprana y el seguimiento veterinario son esenciales para el manejo efectivo de la enfermedad.
Prevención y protección contra el mosquito flebótomo
La prevención es la mejor estrategia para proteger a nuestros perros del flebótomo y, por ende, de la leishmaniosis. Las medidas preventivas incluyen:
- Uso de antiparasitarios: collares antiparasitarios para perros y pipetas antiparasitarias para perros que protegen contra las picaduras de flebótomos.
- Vacunas: existen vacunas que, aunque no evitan la infección, reducen la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
- Control ambiental: mantener el entorno limpio, evitando acumulaciones de materia orgánica donde los flebótomos puedan reproducirse.
Además, es recomendable evitar paseos durante las horas de mayor actividad del mosquito, al atardecer y al amanecer, y utilizar mosquiteras en el hogar para impedir su entrada.
Proteger a nuestros perros del mosquito flebótomo es una responsabilidad que debemos asumir con seriedad. La combinación de medidas preventivas y una vigilancia constante garantizarán la salud y el bienestar de nuestros colegas.
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