Tiene un carácter muy afectuoso, es un guardián excelente, además de un trabajador nato, protector de los niños, paciente, valiente e inteligente. Es un perro que se destaca por su obediencia y por seguir las órdenes de sus dueños y amos. Se lleva muy bien con los niños pequeños por ser cariñoso con ellos en todo momento.
Entre las tantas virtudes que posee el Pastor Alemán, también se encuentran su buena conducta y comportamiento. Es paciente, animal de salvamento, fiel y puede desarrollar varias tareas, entre la más importante, ser auxiliar de policía (por eso también se lo puede conocer como “perro policía”).
Como su nombre lo indica, tiene orígenes en Alemania a finales del siglo XIX. Puede llegar a medir hasta 65 cm y pesar 40 kg (machos), tiene un pelaje lanudo de color canela, rojizos, café y negro. Su carácter es muy activo.
El aspecto general del Pastor Alemán es flexible, robusto, alargado ligeramente, con cuerpo musculoso y mandíbulas potentes. Supera a varias razas en su mordida (Pitbull, mastín napolitano, doberman, bulldog, etc).
Por su parte, puede ser pastor de ovejas y vacas con gran inteligencia, además de ser guardián, guía, policía, ataque, detector de drogas, entre otros “puestos”. El Pastor Alemán es un perro ágil, vigoroso, despierto y con mucha energía.
La convivencia con los niños es maravillosa, al ser tranquilo, juguetón y equilibrado. Suelen vivir alrededor de 12 años. Entre las enfermedades que puede contraer están el moquillo (si no se lo vacuna correctamente) y la displasia de cadera cuando son adultos.
El entrenamiento de los Pastor Alemán es vital para que se comporte aún mejor con personas y con otros animales (perros sobre todo). No tendrá problemas en el adiestramiento.